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            Río Malleo

Fin de temporada

 

            Los árboles, los ciervos e incluso los ríos están empezando a dar cuenta que el otoño esta cerca. Y las truchas marrones también. Estamos a finales de abril en el río Malleo en Junín de los Andes.

En los primeros momentos empezamos a notar con extrañeza que ningún pez respondía a nuestras pequeñas imitaciones de ninfas o moscas secas. Largas y perfectas derivadas pareceian ser ignoradas completamente. Y no podíamos ver ningún tipo de actividad por parte de las truchas. Donde estarán? -Me preguntaba.- La verdad es que esta nueva situacieon me resultaba frustrante y desconcertante a la vez. Nunca me había ocurrido nada parecido, sobre todo en este río que yo creía conocer respetablemente bien. Después de intentar lograr alguna respuesta por 1 o 2 horas fui en busca de mi compañero de pesca, Cristian, a ver si a el le había ido mejor río abajo. Su experiencia fue muy similar a la mía, nada de actividad, ninguna captura, 1 sola y tímida tomada a una mosca seca por parte de una muy pequeña arco iris. As’ discutimos largamente que camino tomar y que le había sucedido a esta parte del río. Fue entonces cuando comencé a pensar que el otoño estaba cerca, que habîa llovido hace algunos días antes de nuestra llegada, que los árboles estaban empezando a ponerse ocres, y que alguna explicación lógica debería haber a la nula presencia de truchas arco iris en la zona. Así fue, que se me ocurrió pensar en la remonta de truchas marrones que suele producirse en estas épocas. Busque en mis cajas de moscas unos olvidados streamers , que llevaba mas por las dudas, que por intención de usarlos, tome una pequeña wolly bugger de tamaño 10, cambie el tippet de mi caña 4, le agregue un pequeño peso al leader y comencé unos tímidos lances en un pequeño pozon después de una curva que hacia el río. Mientras tanto Cristian continuaba aguas abajo insistiendo con la pesca de ninfas. En mi segunda derivada con el streamer algo lo tomo francamente, y reacciono violentamente ante mi clavada, corriendo aguas abajo. Después de una hermosa pelea una trucha que inconfundiblemente era fario se mostraba en la superficie ya cansada por su esfuerzo, tendría algo mas de 40 cms, y con una condición física estupenda. La distancia entre sus puntos y su gran panza me hicieron pensar que esta trucha no era una residente de las aguas en donde estaba, aunque no podía asegurarlo.

 

 

            Después de regresarla y ver como se iba lentamente, ya con Cristian acompañándome, y empezando a creer que mi teoría de la extraña desaparición de las arco iris no era tan improbable, tome un streamer un poco mas grande y comencé a pescarlo en deriva muerta a lo largo del pozon, 2 o 3 lances, y otra gran tomada, para estos momentos Cristian estaba pescando en la cola del pool y yo en la caída del agua, cuando el me avisa que también ha clavado un gran pez, por supuesto con stremaer. Peleamos nuestras truchas, nos sacamos mutuamente fotos y las devolvimos, 2 marrones entre los 45 y 55 cms. Ambos saltamos de alegría agradeciendo nuestra suerte, estábamos absolutamente solos pescando unas hermosas truchas marrones en nuestro río preferido con cañas para línea 4.

 

 

Luego de esta tan agradable mañana regresamos al campamento para ir a comer algo y descansar de nuestra pesca matinal. Allí fue que empezamos a entender por completo porque nuestras ninfas y secas fallaron, y porque no habeia ni rastros de truchas arcoriris en el río. El río y sus pozones estaban repletos de grandes truchas marrones, ya sin duda en su remonta anual. Por la tarde y ya con nuevas conclusiones repetimos nuestras experiencias en varios pozones y los resultados fueron los mismos, las truchas fario continuaban tomando nuestros streamers sin cesar en cada pool donde hacíamos derivar nuestras moscas. En la tarde del ultimo día, estaba pescando a ultimas horas cuando algo evidentemente grande tomo mi mosca, pero instantáneamente aflojó, cuando recojo la línea a ver si me había cortado o se había desprendido un pequeño peso ofrec’a resistencia, lo cual termino siendo una pequeña trucha arcoriris de mas de 20 cms parcialmente digerida clavada en mi mosca. Aun hoy sigo pensando en esa gran marrón a la que le saque de su boca el almuerzo...

 

 

           Esto realmente es por lo que Argentina es reconocida en el mundo, pescas como la que nosotros disfrutamos en el río Malleo es posible encontrarla solamente en algunos lugares tan remotos como la tundra en Rusia, donde solo los helicópteros pueden llegar.

 

 

Espero que todos nos demos cuenta el recurso que tenemos y que no lo desperdiciemos. Cuidandolo como se merece.

 

Es interesante que si bien yo no tuve la oportunidad de volver al río Malleo desde lo que les cuento, Cristian ha intentado encontrar a las truchas migratorias del Malleo sin suerte en 2 años consecutivos, con lo cual el misterio sigue dejando mas preguntas que respuestas...

 

          

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